Siguiendo nuestra aventura en la Teoría del Pan,
hoy os traigo un nuevo capítulo sobre los ingredientes, todo lo
referente a la sal y cómo ésta influye en el proceso de panificación.
Seguro que muchas cosas se quedan en el tintero pero no quiero hacer
estas entregas más complicadas de lo que son, intento resumir para que
entendáis sin aburriros, si queréis más info no dudéis en contactar
conmigo.
La Sal
La repercusión de la sal en
la panificación es un tema bastante discutido, así como todos sabemos que el
pan sin sal existe, es cierto que éste tiende a ser escaso de sabor y bastante
más compacto.
La sal, efectivamente,
fortalece el gluten de la harina dando a nuestra masa más fuerza y tenacidad lo
cual repercute en la manejabilidad de la masa, también aumenta la absorción de
agua con lo que la humedad será mayor y los panes podrán ser más alveolados.
Además, inhibe la acción de
las bacterias y retarda la actividad de la levadura disminuyendo la acidez de
la masa, frena las fermentaciones, tiene un efecto antioxidante, produce
cortezas más finas y crujientes favoreciendo al colorido del pan, da gusto y
sabor y aumenta su conservación ya que hace que la miga sea capaz de retener más
humedad y previene que se revenga.
¿Cuándo añadir la sal? Autólisis
La técnica del autólisis,
ideada por Calvel, se centra en dejar el harina y el agua de nuestro
pan reposando una vez mezclados sin añadir el resto de los ingredientes
(levadura – sal fundamentalmente). La teoría es que esto sirve para que la
harina se hidrate mejor con el agua
y que cuando se incorpore la levadura ésta tenga más fácil su trabajo.
Este tiempo de reposo se encontraría entre los 15 minutos y 1 hora entera
aunque cada panadero tiene sus consideraciones al respecto; el resultado sería
una masa de más fácil manejo ante el amasado.
Dependiendo de cada maestro,
la autólisis podría llevarse a cabo con la totalidad del agua y harina
presentes en la receta o con aproximadamente el 70%, añadiendo después del
reposo el resto junto con los demás ingredientes.
Aún así, el debate es amplio
y cada uno tiene su versión, para muestra un botón (resumen del forero Guillermo del Foro del Pan):
- Peter Reinhart: “Mezclar la harina con agua sólo durante cuatro minutos, tiempo suficiente para que la harina se hidrate completamente, y luego dejar reposar la masa 20 minutos. Durante este tiempo de descanso o autólisis (sic), las moléculas de la proteína completan su hidratación y empiezan a asociarse.”
- Xavier Barriga: “Consiste en amasar durante 4 o 6 minutos en velocidad lenta la totalidad del agua y de la harina que componen la masa para posteriormente dejar reposar la masa, con la amasadora parada, entre 15 y 45 minutos.” “Este sistema se utiliza cuando se trabaja con harinas fuertes y tenace. El reposo autolisis (Calvel, 1974) reduce el tiempo real de amasado, relaja el gluten, volviéndolo más extensible y mejora la maquinabilidad de las masas. Se observa una mejora en el volumen y aspecto final del pan.”
- McGee: “La autólisis (sic) consiste en mezclar solo la harina con el agua y dejar que reposen de 15 a 30 minutos antes de añadir la levadura y la sal. Según Calvel, esta preparación inicial permite que las proteínas del almidón y del gluten absorban tanta agua como puedan al no existir interferencia de la sal, y que las cadenas de gluten se corten más (autolisis (sic) quiere decir autodigestión)”
Muchos han sido los
experimentos al respecto pero os aconsejo que visitéis este enlace para contemplar uno verdaderamente visual, está en inglés.
Es importante saber que el pan
resultante de un proceso de autólisis tiene mayor volumen, mejor sabor y
un alveolado más profundo
Al margen de la autólisis,
también podemos preguntarnos si añadir la sal al principio o al final del
amasado, se ha comprobado que resultan masas distintas porque como ya hemos
mencionado la sal frena las reacciones químicas. Añadir la sal al comienzo del
amasado frena la oxidación y se evita el daño del núcleo de la proteína del
trigo. Los aromas del pan serán mayores si la sal es agregada al comienzo del
proceso.
¿Qué cantidad de sal añadir?
Por regla general se añade un
2% del total de la harina empleada en nuestro pan pero cuando o bien el amasado
es intensivo o bien queremos controlar las fermentaciones y que vayan más
despacio (en verano, por ejemplo) podremos aumentar esta cantidad a un 2.2%
Y esto es todo por hoy, habrá que ponerse a panificar un rato ahora ya
que el día ha amanecido grisáceo y lluvioso. Menos mal que ayer hizo de
playa.
Fuentes:
- Francisco Tejero
-Raymond Calvel
-El foro del Pan.
Me encanta el blog!
ResponderEliminarMe parece muy interesante lo que dices en esta entrada, me quedo con él, creo que aprenderé muchísimo.
Besazos.
Ay quita la verificación por favor!!!!!!!!!!
Yo también me quedo por aquí que lo estáis haciendo de maravilla y muuuuuuy sencillito de entender. Se agradece!
ResponderEliminarbesos
Gracias y mil gracias por este maravilloso blog, me quedo definitivamente, creo que voy a aprender mucho por aqui y me encanta porque me apasiona hacer pan.
ResponderEliminarUn beszo enorme
Porfa quitad la verificación, es un verdadero suplicio.
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado leer esta entrada. Es un tema que siempre me he preguntado, si añadir la sal al principio o al final. Hace un tiempo alguien me dijo que siempre lo último porque si no la masa no sube. Por otra parte, a mí me gusta añadirla antes de empezar a mezclar porque me da la sensación de que así se va a repartir mejor por toda la masa... Efectivamente, la sal, da para mucho tema :-) Un beso
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